Los bastones son una parte importante de tu equipo de esquí de travesía, aunque quizás no les des mucha importancia. Sirve como apoyo en subidas y bajadas, por lo que un pinchazo en el campo te puede dejar realmente calcinado. Prácticamente nunca perderás tus bastones, a menos que los sujetes a tu mochila junto con tus esquís.
Debes elegir bastones de esquí alpino en función de tu objetivo de esquí de montaña o de las condiciones de la nieve: los bastones más largos son mejores para la nieve profunda, los más cortos para moverse sobre nieve congelada. Sin embargo, también hay otros parámetros que deben tenerse en cuenta.
Desde un punto de vista puramente práctico, se necesita un bastón de diferente longitud para subir y otro diferente para descender. Si no te especializas en solo una de estas disciplinas, la única respuesta son los bastones telescópicos, cuya longitud se puede ajustar a tus necesidades actuales.
Los palos pueden ser de una sola pieza (macizos), De dos partes (generalmente entre 110 - 145 centímetros) o de tres piezas. Como prácticamente nunca se sueltan los palos, no es necesario que sean extremadamente compactos. Cuanto más piezas, más mecanismos pueden resultar potencialmente dañados.
Los bastones de esquí de travesía están expuestos a las heladas, la humedad y otras condiciones adversas durante largos periodos de tiempo. Es posible que los materiales más baratos no resistan tal ataque por mucho tiempo.
La placa de nieve debe ser lo suficientemente grande para proporcionar suficiente soporte; Pequeños platos se desmoronan en la nieve profunda. Las tablas de fitness o de speedtouring son similares a las de esquí de fondo; Para terreno o freeride, apreciarás unos articulados que se adapten a la rigidez de la nieve y a la pendiente del terreno. En caso de emergencia, es una buena idea tener dos platos de repuesto en tu mochila en caso de que tengas problemas.
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